Novena de la Gracia
Se
la conoce con el nombre de Novena de la Gracia "por su grande y
comprobada eficacia en las necesidades de la vida presente" (S. Pío X).
ORIGEN DE ESTA DEVOCIÓN
Con
ocasión de adornar un altar en Nápoles para una fiesta de la Inmaculada
Concepción en 1633, cayó desde los andamios un martillo de dos libras
de peso que hirió mortalmente al Padre Marcelo Mastrilli, de la Compañía
de Jesús, destrozándole la sien derecha. De día en día llego a
agravarse tanto su enfermedad, que iban a darle ya la Extremaunción,
pues era imposible administrarle el Viático, por no poder el enfermo ni
tomar una gota de agua. Pero cuando estaban pensando en esto, he aquí
que el P. Mastrilli se levanta sano y bueno... La herida había
desaparecido, la cicatriz no se notaba, el Padre se sentía restablecido
de repente. Bien temprano celebró su misa y dio la comunión a muchas
personas que concurrieron a ver este prodigio.
Subió
en seguida al púlpito, y por su propia voz explico al pueblo de Nápoles
el secreto. Viéndose herido y sin esperanza de vida, había hecho voto
en honor de San Francisco Javier de ir a las Misiones de Indias, si le
concedía la salud. La noche última se le había aparecido el Santo
animándole a cumplir su voto y recibir el martirio en el Japón (como así
sucedió). El P. Mastrilli prometió la especial ayuda del santo a
cuantos le invoquen y también recomendó hacerle una novena.
Hay un hecho singular de Santa Teresa del Niño Jesús que refuerza
esa opinión general en favor de la Novena de la Gracia. Su hermana Maria
Luisa (Madre María del Sagrado Corazón) manifestó en el proceso de
beatificación de esta Santa carmelita lo siguiente:
- La caridad le hacía desear hacer el bien después de su muerte. Este pensamiento le preocupaba. En 1886 (murió la Santa en 1897), del 4 al 12 de marzo hizo la Novena a San Francisco Javier. Ella me dijo: "He pedido la gracia de hacer el bien después de mi muerte, y ahora estoy segura de haberlo conseguido, porque por medio de esta Novena se obtiene todo aquello que se solicita.
- La caridad le hacía desear hacer el bien después de su muerte. Este pensamiento le preocupaba. En 1886 (murió la Santa en 1897), del 4 al 12 de marzo hizo la Novena a San Francisco Javier. Ella me dijo: "He pedido la gracia de hacer el bien después de mi muerte, y ahora estoy segura de haberlo conseguido, porque por medio de esta Novena se obtiene todo aquello que se solicita.
Oracion
Amabilísimo
y amantísimo Santo: adoro con vos humildemente a la Divina Majestad y
le doy gracias por los singulares dones de gracia que os concedió en
vida y por la gloria de que ya gozáis. Os suplico con todo el afecto de
mi alma, me consigáis por vuestra poderosa intercesión, la gracia
importantísima de vivir y morir santamente. Os pido también me alcancéis
la gracia especial que pido en esta novena...(aquí se piden las gracias espirituales y temporales que se desean). Y
si lo que pido no conviene a mayor gloria de Dios y bien de mi alma,
quiero alcanzar lo que para eso fuere más conveniente. Amén.
Un Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Se recomienda la confesion y comunion el algun dia de la Novena
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