Vengo a África para confirmar a mis hermanos en la fe, dice el Papa Benedicto XVI


En su primer discurso al descender del avión que lo ha llevado en su histórico primer viaje al África, el Papa Benedicto XVI señaló que "vengo entre vosotros como pastor. Vengo para confirmar a mis hermanos y mis hermanas en la fe. Esta es la tarea que Cristo ha confiado a Pedro en la Última Cena, y este es el rol de los sucesores de Pedro".

En su discurso en francés, luego de la bienvenida del Presidente de Camerún, Paul Biya, Benedicto XVI recordó que "el testimonio de muchos grandes santos de este Continente durante los primeros siglos del cristianismo –San Cipriano, Santa Mónica, San Agustín, San Atanasio, por nombrar solo algunos– asegura al África un puesto de distinción en los anales de la historia de la Iglesia".

Tras recordar que en África hay unos 150 millones de católicos, el Santo Padre precisó que "he venido aquí para presentar el Instrumentum laboris para la Segunda Asamblea Especial" del Sínodo de los Obispos de África "que se realizará en Roma en el próximo octubre. Los padres sinodales reflexionarán en torno al tema 'La Iglesia en África al servicio de la reconciliación, la justicia y la paz: Son la sal de la tierra… son la luz del mundo' (Mt 5,13-14)".

"Luego de casi diez años en el nuevo milenio, este momento de gracia es un llamado a todos los obispos, sacerdotes, religiosos y fieles laicos del Continente para dedicarse nuevamente a la misión de la Iglesia a llevar esperanza a los corazones del pueblo de África, y con ello a los pueblos de todo el mundo".

Tras recordar el testimonio de Santa Josephine Bakhita, como ejemplo de la "transformación que el encuentro con el Dios viviente puede generar en una situación de gran sufrimiento e injusticia", el Papa Benedicto XVI precisó que "frente al dolor o la violencia, a la pobreza o al hambre, a la corrupción o al abuso de poder, un cristiano no puede permanecer en silencio".

"El mensaje salvífico del Evangelio exige ser proclamado con fuerza y claridad, para que así la luz de Cristo pueda brillar en medio de las vidas de las personas. Aquí en África, como en tantas otras partes del mundo, innumerables hombres y mujeres anhelan oír una palabra de esperanza y consuelo".

Seguidamente el Santo Padre afirmó que en estos tiempos de escasez de alimentos, crisis financieras, cambios climáticos, África sufre los males del "hambre, la pobreza y la enfermedad" ante los cuales los habitantes de este continente "imploran a viva voz la reconciliación, la justicia y la paz, y esto es efectivamente lo que la Iglesia les ofrece. No nuevas formar de opresión económica o política, sino la libertad gloriosa de los hijos de Dios. No la imposición de modelos culturas que ignoran el derecho a la vida de los no nacidos, sino el agua salvadora del Evangelio de la vida. No rivalidades interétnicas o interreligiosas, sino la rectitud, la paz y la alegría del Reino de Dios, descrito en modo apropiado por el Papa Pablo VI como la 'civilización del amor'".

"Aquí en Camerún, en donde más de un cuarto de la población es católica, la Iglesia está bien encaminada para llevar su misión por la salud y la reconciliación. En el Centro Cardinal Léger, podré observar personalmente la solicitud pastoral de esta Iglesia local por las personas enfermas y sufrientes, y particularmente encomiable por los enfermos de SIDA en este país para que sean curados gratuitamente".

"El esfuerzo educativo –dijo luego el Papa– es otro elemento-clave de la Iglesia, y ahora vemos los esfuerzos de generaciones de profesores misioneros llevar su fruto en la obra de la Universidad Católica del África Central, un signo grande es esperanza para el futuro de la región".

Tras poner de ejemplo de paz a Camerún, Benedicto XVI indicó que este país "es una tierra de jóvenes, bendecida con una población joven llena de vitalidad e impaciente por construir un mundo más justo y pacífico. Justamente es descrita como un 'África en miniatura', patria en donde más de doscientos grupos étnicos viven en armonía unos con otros. Son estos, entre tantas otras, las razones para alabar y agradecer a Dios".

Seguidamente el Papa hizo votos para que "la Iglesia aquí y en toda África pueda continuar creciendo en santidad, en el servicio a la reconciliación, en la justicia y la paz. Ruego para que el trabajo de la Segunda Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos pueda alentar el fuego de los dones que el Espíritu ha derramado sobre la Iglesia en África".

Finalmente, el Santo Padre precisó que reza "por cada uno de vosotros, vuestras familias y seres queridos y pido a vosotros unirse a mí en la oración por todos los habitantes de este vasto continente. ¡Que Dios bendiga a Camerún! ¡Que Dios bendiga a África!"

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