Concilio de la Iglesia Ortodoxa Rusa elige nuevo patriarca


El papa Benedicto XVI felicitó este miércoles públicamente al nuevo patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa, el metropolita Kirill, y pidió que sea “iluminado por el Espíritu Santo”.

“Recibí con alegría la noticia de la elección del metropolita Kirill como nuevo patriarca de Moscú y de todas las Rusias. Ruego para que sea iluminado por el Espíritu Santo y para que se comprometa generosamente al servicio de la Iglesia ortodoxa rusa”, dijo el Papa al término de la tradicional audiencia general de los miércoles.

El metropolita Kirill de Smolensk y Kaliningrado, de 62 años, fue elegido el martes Patriarca de Moscú y de todas las Rusias y sucede a Alexis II, fallecido el 5 de diciembre de 2008, tras 18 años como jefe de los ortodoxos rusos.

Kirill, que accederá al cargo el domingo, es el primer patriarca que ha sido elegido tras la desaparición de la URSS, en 1991, pues Alexis II lo fue en 1990.

Benedicto XVI ha recibido en tres ocasiones al nuevo patriarca ruso: en 2005, 2006 y 2007.

“Mantenemos relaciones fraternales con él desde hace muchos años”, escribió por su parte el Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos, que reconoció las “dificultades que persisten” entre las dos Iglesias.

Con Kirill, considerado un moderado, probablememte será más fácil para el Papa celebrar la deseada visita a Moscú, a la que se ha opuesto por años la iglesia ortodoxa.

Elección

El Gran Concilio Local de la Iglesia Ortodoxa Rusa eligió este martes a Kiril, metropolita (arzobispo) de Smolensk y Kaliningrado, como patriarca de Moscú y de todas las Rusias en sustitución de Aleksi II, fallecido el 5 de diciembre anterior.

Con 16 tañidos de la campana mayor del zar desde la Catedral del Cristo Redentor, a falta de la tradición del humo blanco que anuncia a los católicos que hay nuevo Papa, los creyentes ortodoxos supieron esta noche que la religión mayoritaria en este país tiene nuevo máximo jerarca, el decimosexto patriarca en la historia de la Iglesia Ortodoxa Rusa.

En votación secreta, Kiril obtuvo 508 sufragios frente a los 169 que sacó Kliment, metropolita de Kaluga y Borovsk, su único contrincante, al retirar su candidatura de último momento Filaret, exarca del patriarca en Bielorrusia y metropolita de Minsk, quien pidió votar en favor del primero.

Los tres habían sido seleccionados por los 198 miembros del Concilio Arquiepiscopal (arzobispal), al resultar el domingo anterior los aspirantes a patriarca más votados: Kiril, con 97 votos; Kliment, con 32, y Filaret, con 16.

La pauta marcada por los jerarcas de la Iglesia fue ratificada hoy por el Gran Concilio Local, formado también por tres representantes (un sacerdote, un monje y un feligrés) de cada una de las 157 diócesis que tiene la Iglesia Ortodoxa Rusa en este país, así como por por delegados de las diócesis de ortodoxos rusos que funcionan en 60 países.

La mayoría, como quedó de manifiesto en el cómputo de las 677 boletas calificadas válidas, sobre el total de 711 participantes, brindó su apoyo a Kiril, el candidato mejor posicionado desde que, el 6 de diciembre pasado, un día después de morir Aleksi II, fue elegido por un santo sínodo extraordinario guardián del trono patriarcal.

Sin embargo, detrás de la aparente unanimidad que favoreció hoy a Kiril se dio una soterrada lucha sucesoria en la jerarquía eclesiástica, en la que de unas semanas para acá no faltaron los golpes bajos, a través de publicaciones en la prensa que desempolvaron viejas historias.

Ellas apuntan a que Kiril y Kliment se beneficiaron de la amoral exención de impuestos que, en los años 90 del siglo pasado, concedió el entonces presidente Boris Yeltsin a la Iglesia Ortodoxa Rusa para importar bebidas alcohólicas y cigarrillos, que después revendía a grupos mafiosos.

Nacido hace 62 años en Leningrado (hoy San Petersburgo), Kiril es considerado promotor de una cierta apertura en la Iglesia –aunque coincide con los conservadores en rechazar el matrimonio entre personas del mismo sexo o en oponerse a que las mujeres ejerzan el sacerdocio–, y se cree que favorece un acercamiento con la Iglesia católica.

Al menos, como jefe de la diplomacia de la Iglesia Ortodoxa Rusa en tanto que titular de su Departamento Eclesiástico Exterior desde 1989, Kiril fue el máximo interlocutor ortodoxo en la ronda de consultas que se inició tras la entronización del papa Benedicto XVI hace cuatro años.

También tuvo una participación destacada en la reciente reunificación con la Iglesia Ortodoxa Rusa en el Exterior, fundada por emigrantes tras la revolución bolchevique de 1917, y se le atribuye el mérito de haber conseguido el renacimiento de la Iglesia Ortodoxa en países como Irán, Irak, Corea del Norte, Filipinas o Vietnam.

En noviembre anterior, Kiril viajó a varios países de América Latina. Durante esa gira sin precedentes consagró templos y se reunió con personajes de los ámbitos religioso y político.

En Cuba, condecoró a Fidel y Raúl Castro como reconocimiento por haber autorizado la construcción en La Habana de la primera iglesia para creyentes ortodoxos.

Casualmente, un cuarto de siglo después de que vino su hermano Fidel, Raúl Castro llega este miércoles a Rusia para comenzar una visita histórica de cinco días y, por la relación cordial que se comenta que establecieron en la capital cubana, tendrá ocasión de felicitar personalmente a Kiril, cuya entronización está prevista para el próximo domingo primero de febrero.

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