Inauguración del primer templo católico devuelto por Rusia

En un acto especialmente significativo por ser la primera vez que las autoridades de la Federación Rusa financian la reconstrucción de un templo católico confiscado en tiempos soviéticos, se inauguró en Kazán, la capital de Tatarstán (Tartaria), a 750 kilómetros al este de Moscú, la iglesia de la Exaltación de la Santa Cruz. La asociación católica internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) se hizo cargo de las obras y equipamiento del interior de la iglesia y del centro parroquial contiguo.

El acto de inauguración, que se llevó a cabo el viernes 29 de agosto, fue presidido por el cardenal Angelo Sodano, decano del Colegio Cardenalicio y ex Secretario de Estado, quien llevó una bendición y el saludo de Benedicto XVI, y en nombre del Pontífice presidió la misa de consagración de la iglesia, un hecho histórico para la pequeña comunidad católica local, que vive en medio de una mayoría musulmana y que carecía de un lugar de culto así.

El arzobispo Antonio Mennini, nuncio apostólico, representante de la Santa Sede ante la Federación Rusa, que participó en la inauguración, dijo a Radio Vaticana que en la solemne celebración se rezó por la solución de la crisis internacional, que tiene su epicentro en el Cáucaso y por la paz del mundo.

Participaron numerosas autoridades civiles y religiosas. La misa ofreció la oportunidad para agradecer, en nombre del Papa, a los administradores musulmanes y a la población de Kazán que colaboró en brindar un lugar de culto a la minoría católica de esta ciudad.

"Un auténtico ejemplo de respeto interreligioso", confirmó monseñor Mennini: "Un mensaje no sólo para Rusia, sino para todo el mundo, en lo que se refiere a la tolerancia, a la comprensión entre todas las religiones y toda fe".

"Como se sabe, la iglesia católica había sido requisada y el gobierno local y el federal encontraron dificultades para devolverla, porque en ella se habían colocado las maquinarias de las fábricas de aviones que hay aquí. A pesar de todo ello, se empeñaron y nos ofrecieron un bellísimo terreno", dijo el nuncio.
La construcción de la iglesia fue posible gracias también a la contribución de la ciudad de Kazán, de mayoría musulmana. En un lugar de especial veneración para la tradición religiosa ortodoxa, enlazado con la aparición de la Virgen, en 1579, y con el icono de la Madre de Dios, que el Santo Padre Juan Pablo II donó a la Iglesia y al pueblo ruso, en agosto de 2004.

Desde Kazán, en unas declaraciones a Radio Vaticano, el cardenal Sodano ha destacado «la importancia de dar el corazón a esta comunidad católica, que no tenía un lugar de culto». El mismo purpurado celebró la santa misa de los últimos dos días en la pequeña capilla del cementerio, donde se reunía la comunidad católica.

Este día quedará como un gran momento de fiesta, señaló también el cardenal Sodano, haciendo hincapié en la presencia del presidente de la República de Tartaria, que le entregó las llaves de la nueva iglesia, y del alcalde de Kazán: “Por lo tanto, fiesta de la comunidad católica y también fiesta de la ciudad, que vive esta experiencia religiosa y de diálogo común”.

El cardenal Sodano rezó ante el icono de la Virgen de Kazán y visitó el antiguo monasterio ortodoxo del Arcángel Rafael. "He encontrado a una comunidad muy ferviente. Nos hemos abrazado en el nombre de María y nos hemos saludado. Precisamente en el nombre de María encontramos el mejor ecumenismo, el ecumenismo espiritual que nos une a todos", confesó.

La iglesia de la parroquia católica de Kazán, erigida por primera vez en el siglo XIX, fue expropiada tras la Revolución de Octubre y destinada a otros usos. Ante la imposibilidad de restituir el edificio tras el derrumbamiento del régimen comunista, el Gobierno de la República de Tatarstán permitió en 2004 que el Municipio de Kazán financiara la reconstrucción de la iglesia en otro lugar, pero conforme al edificio original.

El párroco católico, padre Diógenes Urkiza, explicó a AIN que se trata de “un caso único de restablecimiento de la justicia” y de un “milagro” que él y sus creyentes atribuyen a la Madre de Dios de Kazán. El icono de esta Virgen, venerada y considerada milagrosa por los creyentes ortodoxos, pero también por los católicos, fue devuelto, también en 2004, por Juan Pablo II a la Iglesia Ruso-Ortodoxa. El sagrado icono, réplica del original del siglo XVI, permaneció en el Vaticano durante el régimen soviético. El cardenal Walter Kasper llevó personalmente a Rusia el icono de la Madre de Dios de Kazán, conocido también en todo el mundo como la Kazanskaya. Se trata del icono más venerado de Rusia.
Fuente AICA

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