Brasil: Conmemoración del centenario de la Arquidiócesis de San Pablo

100 Años de Sao Paulo, Brasil

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El domingo 8 de junio en el estadio Pacaembu, en la ciudad de Sao Paulo, Brasil, vibró de alegría y fervor. Decenas de miles de fieles, que repletaron las graderías, conmemoraron una fecha memorable para la Iglesia local: el centenario de la Arquidiócesis de San Pablo

Desde las primeras horas de la mañana, centenares de buses ocuparon los estacionamientos de las cercanías de este recinto deportivo. Fuentes de la Policía Militar y de la Comisión Estratégica del Tránsito (CET) comentaron que todo el evento transcurrió en el más perfecto orden. Gran número de periodistas de los principales medios de prensa y TV cubrieron ampliamente el evento.

El acto se inció con varias representaciones musicales de reconocidos cantores católicos, a partir de las 13:00 horas. Pero el punto auge fue la solemne misa presidida por el Nuncio Apostólico en Brasil, Monseñor Lorenzo Baldisseri, siendo acompaãndo por el Cardenal Odilo Pedro Scherer, arzobispo de San Pablo, y numerosos arzobispos y obispos y centenares de sacerdotes de distintos lugares del Brasil.

Honraron también con su presencia la solemne festividad el alcalde de San Pablo, Dr. Gilberto Kassab además de numerosas autoridaes civiles y militares, como también personalidades de destaque de otras religiones y confesiones cristianas.

La limosna recolectada durante la misa, según informó Monseñor Joaquim Justino Carreira, obispo auxiliar de San Pablo, fue destinada a financiar la construcción del Santuario Madre Paulina, en la favela Heliópolis, una de las mayores de América Latina.

En la apertura, fue leída por Monseñor Pedro Luis Stringhini un mensaje del Papa Benedicto XVI, asociándose al "jubiloso canto de acción de gracias al Señor por los frutos de vida cristiana con los cuales quizo bendecir esta querida Iglesia local". El Papa hizo referencia a su visita a San Pablo, de la cual guarda aún vivos recuerdos: "conservo con particular alegría en la memoria los instantes que la Providencia me concedió al presenciar en aquella verdadera fiesta espiritual que fue el encuentro con la juventud latinoamericana del año pasado".

Seguidamente, el cardenal Odilo Scherer saludó a los presentes y recordó los obispos y arzobispos que lo antecedieron en el gobierno de la arquidiócesis. "Hoy queremos agradecer a Dios -añadió- por la historia de nuestra arquidiócesis. Toda la comunidad arquidiocesana es invitada a testimoniar que Dios habita esta ciudad y que esto es bueno y beneficia a San Pablo".

Luego de la entrada solemne de la estatua de San Pablo Apóstol, fue leído el decreto de la Congregación para el Culto Divino que "designa el Apóstol San Pablo como Patrono junto a Dios de la Arquidiócesis de San Pablo, en Brasil".

Teniendo el Papa el poder de las llaves, que ata en el cielo lo que es atado en la tierra, el Apóstol queda comprometido con los habitantes de esta ciudad, pudiendo éstos beneficiarse con las gracias que él recibió para hacer apostolado y participar de su arrojo para dilatar los límites de la Iglesia.

En la homilía, el Nuncio Apostólico de Su Santidad en Brasi, Monseñor Lorenzo Baldisseri hizo referencia al coraje y ardor evangelizador del Apóstol San Pablo, como fruto de su conversión y encuentro personal con Cristo, que marcaron su vida. Más adelante dijo "a partir de hoy esta arquidiócesis tiene oficialmente como patrono a San Pablo, de manera que al igual que el apóstol gigante, esta ciudad de tanta importancia y gravitación en el contexto latinoamericano en el ámbito social, político y económico, debe ser un ejemplo de ardor e irradicación apostólicos para todo este continente. Sin duda está llamada a tornarse en una Iglesia en estado de misión como nos lo pidiera la V Conferencia de Aparecida".

Los Heraldos del Evangelio participaron de la animación de la liturgia. Sus hábitos, en los cuales sobresale, desde arriba a abajo, una cruz blanca y roja, dieron la nota de solemnidad a la celebración. Su presencia a lo largo de toda la ceremonia, le dio al evento, una singular belleza, característica de su carisma.

Según el Padre Antonio Guerra, EP, uno de los coordinadores de las conmemoraciones "la afluencia de fieles superó las expectativas, calculándose en casi 40 mil personas". Alrededor de diez mil Heraldos del Evangelio se colocaron en la tribuna posterior al altar, portando una vistosa capa de color naranja sobre los hombros, con los símbolos de la asociación: la cruz blanca y roja y las llaves del Papa.

Finalmente, la estatuilla de San Pablo Apóstol fue llevada triunfalmente en procesión, alrededor del estadio, siguiendo posteriormente hacia la Catedral, en el centro de la ciudad.